En medio de un contexto de pobreza, narcotráfico y conflictos sociales, una pequeña radio guatemalteca centra su atención en formar a través de las ondas, a los sectores más olvidados de la sociedad
Desde hace casi cuatro décadas la Radio guatemalteca Tezulutlán, lleva a cabo una destacada labor de alfabetización a través de las ondas y el espacio radioeléctrico. El proyecto se desarrolla en los departamentos de Alta y Baja Verapaz en el norte de Guatemala, donde más de un 50 por ciento de la población, mayoritariamente indígenas, vive en la pobreza, y donde la tasa de analfabetismo ronda el 60 por ciento, con índices sumamente bajos de participación ciudadana.
La exclusión social y la falta de oportunidades han llevado a que el narcotráfico, con todas sus consecuencias negativas, se instale en la zona. Además, en este contexto de conflictividad social existen enormes dificultades para la formación humana y técnica, y para que la población pueda contribuir a construir un auténtico tejido social comunitario.
En este ambiente trabaja la Radio Sistema de Estaciones Tezulutlán, que forma parte de la Pastoral Social de la Diócesis de Las Verapaces y que ha jugado siempre un papel fundamental en la defensa de los derechos de los indígenas, especialmente durante el conflicto, y presta un gran servicio social a través de sus programas de promoción humana, difusión y defensa de los derechos de los pueblos indígenas, la capacitación en agricultura, nutrición, medicina, programas educativos para niños y adultos, etc.
Tezulutlán lleva a cabo una programación destinada en especial a las comunidades rurales, a mujeres, jóvenes y niños, que se ven sistemáticamente marginados por las instituciones estatales y los medios de comunicación de carácter comercial.
Pacificar alfabetizando
La radio cumple una gran función formativa y de desarrollo con el propósito de crear una conciencia participativa en los ambientes del campesinado y de estimular la participación ciudadana y la construcción del tejido social.
La emisora es la alternativa a otras cadenas pirata financiadas por políticos corruptos, por narcotraficantes y por las sectas fundamentalistas que hacen llamar a sus emisoras «radios comunitarias», aunque sirven a intereses particulares, atentando contra la dignidad de los pueblos indígenas y favoreciendo la pérdida de sus valores culturales, humanos y espirituales.
Radio Tezulutlán ha solicitado el apoyo de la organización internacional Manos Unidas para llevar adelante otro proyecto que pretende fortalecer a la emisora, para incidir aún más en el desarrollo integral de la población, formando a sus oyentes en temas como la defensa de los derechos humanos, la equidad de género, el respeto a las identidades étnicas, la preservación del medio ambiente, la alfabetización y la educación.
Para ello se requiere el traslado del centro emisor a una nueva ubicación y la dotación de algunos nuevos equipos, con lo que la emisora tendrá mejor y mayor cobertura. De conseguirse, los beneficiarios directos serían más 940.000 personas.
Este peculiar proyecto radiofónico, tuvo como director en sus primeros años (1975-1977) a Monseñor Juan Gerardi, coautor del informe “Guatemala: ¡Nunca más!”, en el que se daban a conocer muchas de las atrocidades que se cometieron en el país centroamericano durante los 30 años de gobiernos militares. Gerardi murió asesinado el 26 de abril de 1998, precisamente dos días después de la presentación oficial del informe.
Democracia, alfabetización y paz, una relación directa
En el año 2012, la UNESCO ha decidido centrarse en el lema “La Alfabetización y la Paz”, haciendo hincapié en la conexión directa que existe entre los sistemas democráticos inestables, la falta de alfabetización de su población más vulnerable y la presencia de conflictos sociales.
Aquellas sociedades en las que las personas no tienen capacidad para comprender el devenir del mundo que los rodea o carecen de conocimientos para reclamar sus derechos o afianzar sus libertades como individuos, serán más proclives a mantener los conflictos porque la alfabetización es, en muchos sentidos, garantía de paz.
A pesar de que el número de personas analfabetas se ha reducido en la última década, en el mundo todavía hay 793 millones de adultos, de los cuales el 64 por ciento son mujeres y niñas, que carecen de los conocimientos básicos de lectura y escritura.