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Azraq, el primer campo de refugiados del mundo que usa energía solar

Una de las familias sirias que vive en el campo de refugiados de Azraq, en | © ACNUR/Tanya Habjouqa

Una planta fotovoltaica dará electricidad a unos 20.000 refugiados que viven en el campo de Azraq, al norte de Jordania

El campo de refugiados de Azraq, al norte de Jordania se ha convertido el primero del mundo en abastecerse de energía solar gracias a una planta fotovoltaica. Ubicada en una zona desértica caracterizada por tener veranos calurosos e inviernos muy fríos, la planta proporcionará energía limpia y gratuita de manera estable a 20.000 refugiados, según ha informado ACNUR.

Durante los dos últimos años, las personas residentes en este campamento han tenido un acceso esporádico al suministro eléctrico y dependían de linternas solares portátiles para alumbrar sus casa. Además, está previsto que la red se amplíe a las 36.000 personas que residen en el campo a principios del próximo año.

Ahora, para familias como la de Fátima, una madre soltera de 52 años procedente de la zona rural de Damasco que vive en el campamento desde 2015 junto a sus dos hijos adultos, será más fácil realizar actividades cotidianas como cocinar, lavar la ropa, estudiar o desplazarse de forma segura por el campo por la noche. «Antes, cuando cocinábamos una comida teníamos que tirar las sobras porque no había ninguna manera segura de almacenarla. Cuando teníamos mucho calor, teníamos que echar agua en nuestras ropas para mantenernos frescos. Ahora podemos escuchar música o tener un vaso de agua fría y la vida diaria ya no termina cuando se pone el sol», ha declarado a ACNUR.

La planta ha costado 8,7 millones de euros y en su instalación han trabajado residentes en el campo | © IKEA Foundation/Vingaland AB

«Esta es una tecnología que podríamos usar para reconstruir Siria»

La planta solar ha tenido un coste de 8,7 millones de euros que han sido financiados en su totalidad por la campaña «Brighter Lives for Refugees» de la Fundación IKEA. El proyecto, además, supuso una oportunidad de formación y empleo para más de 50 refugiados del campo, que han trabajado en su construcción supervisados por la empresa solar jordana Mustakbal. Algunos trabajarán también en el mantenimiento de las instalaciones.

Uno de ellos es Mohammad, un joven damasquino de 20 años que vive en el campamento desde mayo de 2014, tan solo un mes después de su apertura. «No fui capaz de terminar mi educación por la guerra y luego el exilio, pero esto me ha dado una capacitación práctica que espero usar en el futuro. Si regresamos a Siria, la infraestructura está toda destruida, pero esta es una tecnología que podríamos usar para reconstruir».

En una visita realizada al campamento este miércoles, la alta comisionada adjunta de ACNUR, Kelly T. Clements, ha destacado que la planta permitirá a los residentes llevar una vida más digna. «Alumbrar el campo no es solo un logro simbólico; ofrece un entorno más seguro, abre oportunidades de ganarse la vida, y da a los niños la oportunidad de estudiar después del atardecer», resaltó.

La planta está conectada a la red nacional eléctrica jordana, que se alimentará de forma gratuita de la energía eléctrica producida en ella que no sea utilizada en el campo. Para el director ejecutivo de la Fundación IKEA, Per Heggenes, estos primeros paneles solares «significan un cambio de paradigma en la forma en que el sector humanitario apoya a las poblaciones desplazadas».

 

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