La campaña del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente #MaresLimpios pretende sensibilizar a la población del impacto en el medio de vida marino de los millones de toneladas de plástico que se producen cada año
Para 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos a menos que la gente deje de utilizar artículos de un solo uso elaborados con este material, como las bolsas y las botellas.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la contaminación plástica está presente en todas partes, desde las playas de Indonesia hasta en el fondo del océano en el Polo Norte y está ascendiendo por la cadena alimenticia hasta llegar a nuestras mesas.
En 1950, con una población de 2.500 millones de habitantes, el mundo produjo 1,5 millones de toneladas de plástico; el pasado año, con una población de más de 7 mil millones, se produjeron 300 millones de toneladas, una cantidad que conlleva graves consecuencias para las plantas y los animales marinos.
«Según algunas estimaciones, el 99% de todas las aves marinas habrán ingerido algún tipo de plástico a mediados del siglo», constata Petter Malvik, oficial de Comunicaciones del PNUMA. A principios de este año, la ONU declaró la guerra contra el plástico oceánico, lanzando la campaña #MaresLimpios, durante la Cumbre Mundial del Océano organizada en Bali por The Economist.
La iniciativa insta a los gobiernos a aprobar políticas de reducción de plásticos, urge a las industrias a disminuir los embalajes que utilizan este material y a rediseñado productos y hace un llamamiento a la población para que cambie sus hábitos.
Durante el encuentro, Indonesia se comprometió a eliminar su basura marina en un 70% para 2025; Uruguay anunció que impondrá impuestos a las bolsas plásticas de un solo uso y Kenya, por su parte, acordó eliminarlas por completo.
«La campaña #MaresLimpios ya ha logrado importantes victorias para los océanos, pero el trabajo está lejos de terminar. Para 2022, pretendemos alcanzar la prohibición global de las microperlas en los productos de cuidado personal y los cosméticos y una drástica reducción en la producción y uso de plástico de un solo uso», prevé Malvik.
Las microperlas son pequeñas piezas de plástico utilizadas, entre otras cosas, en productos exfoliantes y pasta de dientes. Se describen en los ingredientes como polietileno o polipropileno. Dada la cantidad de plástico presente hoy en los océanos, gran parte de la vida marina lo ingiriere directamente o a través de la alimentación con criaturas marinas más pequeñas.
Para el oficial de Industria Pesquera de la FAO, Petri Suuronen, estos microplásticos a menudo transportan contaminantes tóxicos y representan un riesgo real para la seguridad alimentaria y la salud humana si entran en la cadena alimentaria a través de los peces que comemos. «Con una población planetaria estimada en 9.700 millones de personas en 2050, la amenaza de las poblaciones de peces contaminados con microplásticos y sus toxinas asociadas sería muy grande”, ha dicho.
Además de los peligros para los seres humanos, los microsplásticos amenazan a los peces y a las aves que los confunden con alimentos y mueren de hambre. Estos microplásticos se generan de dos formas. O son fabricados, no sólo como microperlas, sino también como microfibras que se desprenden de nuestras ropas en el lavado, o se crean cuando las olas y la luz del sol rompen piezas de plástico más grandes. Una fuente de microplásticos son los aparejos de pesca abandonados, perdidos o desechados.
En 2009, la FAO estimó que hay unas 640.000 toneladas de redes abandonadas en el fondo marino en todo el mundo. Gran parte de estas redes continúa atrapando a los animales marinos en lo que se ha denominado «pesca fantasma».
Efectos negativos también en la economía
Los materiales de embalaje de plástico con un valor de no menos de 80 mil millones de dólares se pierden cada año, según un informe del Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur, citado por la ONU. De continuar esa tendencia, en 2050, los océanos contendrán más plástico que pescado por peso.
ODS 14: necesidad de acuerdos internacionales
Durante la semana del 5 de junio, los Estados miembros y representantes de la sociedad civil se reunirán en la sede de la ONU en Nueva York con motivo de la Conferencia Oceánica. Uno de los resultados que se espera de ella es un Llamado a la Acción para establecer el rumbo hacia un futuro más sostenible para los océanos y mares del mundo.
El tema central de la conferencia será la discusión sobre cómo alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, que busca aliviar la pobreza y la desigualdad, preservando al mismo tiempo al planeta. El ODS 14 llama a redoblar los esfuerzos para conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.
«La humanidad apenas se está despertando sobre el daño que ella misma se está infligiendo y el daño que hace al medio ambiente con la presencia de esta plaga alarmante del plástico en los océanos,” destaca el presidente de la Asamblea General de la ONU, Peter Thompson. «La Conferencia Mundial de la ONU sobre los Océanos debe dar los primeros pasos para revertir la creciente maldición de la contaminación plástica marina. Todos tenemos responsabilidad en este asunto y todos debemos trabajar en sus soluciones”, subraya.