Al menos 300.000 menores no acompañados se han desplazado en 80 países en los años 2015 y 2016, denuncia UNICEF en un informe publicado hoy.
La falta de alternativas obliga a un número cada vez mayor a tomar rutas peligrosas y aumenta el riesgo de que caigan en redes de trata y tráfico de personas, advierte el organismo
100.000 menores no acompañados fueron detenidos en la frontera de México-Estados Unidos en 2015-2016
«Tienes el juego del tren, en el que te esconde en los vagones de transporte. Tienes el juego del bosque, en el que te mueves a hurtadillas entre los árboles. También tienes el juego del camión, en el que esperas que los camioneros que están cerca de la frontera se duerman o entren a sus cabinas borrachos. Entonces te metes por la parte de atrás. Incluso tienes el juego del avión, en el que usas pasaportes falsos, pero ese es el más caro», dice Hakim. «Cuando la policía te pilla, game over«.
Este adolescente de 17 años emprendió el largo viaje desde Afganistán a Europa con su hermano, su hermana y los hijos de ésta hasta que quedaron atascados en un centro para migrantes de Principovac, en Serbia. Ahora, planea junto a su hermano separarse del resto para poder cruzar más fácilmente la siguiente frontera, Hungría, y llegar finalmente al Reino Unido, donde se reunirán con otros familiares.
Su testimonio es uno de los recogidos en el informe «Ante todo son niños: proteger a los niños en tránsito contra la violencia, el abuso y la explotación«, publicado este jueves por UNICEF. En él, el organismo denuncia que un número cada vez mayor de menores migran solos y sin ningún tipo de protección exponiéndose, entre otros peligros, a caer en redes de tráfico o trata. Desde 2010, el número de niños refugiados y migrantes no acompañados se ha multiplicado por cinco. Según revela el estudio, se registraron al menos 300.000 menores en un total de 80 países en los años 2015 y 2016, cinco veces más que los 66.000 de 2010-2011, aunque los datos reales, advierte, sean probablemente mucho mayores. Solo en Italia, por ejemplo, el 92% de los menores que han llegado al país por el mar en 2016 y los meses de enero y febrero de 2017 no viajaban acompañados. En 2015, fue el 75%.
Solos en rutas peligrosas: los riesgos del ‘juego’
La falta de alternativas legales está empujando a estos niños y niñas a tomar rutas cada vez más peligrosas, recurriendo a contrabandistas para cruzar las fronteras o exponiéndose a caer en redes de trata, como cuenta Mary, una nigeriana de 17 años cuyo viaje de Libya a Italia se convirtió en una pesadilla.
Ben, un hombre al que le presentaron y que le prometió ayudarla a escapar de una vida sin futuro en Nigeria y conseguir un trabajo en Europa con el que costearía los gastos del viaje, 25.000 euros, la engañó. «Todo lo que Ben dijo, que me trataría bien, que estaría a salvo, fue todo falso, una mentira», relata. Mary y otras chicas que viajaban con ella quedaron atrapadas en Gharyan (Libia) durante tres meses. Allí las violaron y más tarde las llevaron a Tripoli, y después a Sabratha, donde fueron recluidas en una casa. «Quería escapar pero no podía, no tenía dinero, ni teléfono. Ni siquiera sabía donde estaba», recuerda.
Finalmente, las embarcaron hacia Italia, donde fueron rescatadas por un guardacostas. «Ahora, la gente que pagó mi viaje le está diciendo a mi madre que es la hora del dinero. Dicen que me he escapado, que pagaron mi viaje y tengo una deuda con ellos, que si no pago me echarán una maldición para que me deporten».
Según UNICEF, el 28% de las víctimas de trata en el mundo son niños y niñas. Según el director ejecutivo de UNICEF, Justin Forsyth, «los traficantes explotan su vulnerabilidad en beneficio propio y los ayudan a cruzar fronteras solo para venderlos como esclavos o forzarles a prostituirse».
Las regiones del África subsahariana y América Central-Caribe comparten el mayor número de menores víctimas de estas redes, un 64 y 62%, respectivamente. Por su parte, hasta 100.000 menores no acompañados fueron detenidos en 2015-2016 en la frontera de México con Estados Unidos, revela el estudio.
La aspiración de una vida mejor
Entre los motivos que los impulsan a viajar solos están el reunirse con familiares que ya están en el extranjero, la expectativa de un futuro mejor u otros factores como escapar de situaciones de violencia doméstica, matrimonio infantil o reclutamiento forzado por parte de grupos armados, apunta UNICEF. Sin embargo, las opciones de moverse de forma legal son escasas. Para la mayoría, la reunificación familiar o los visados humanitarios, de trabajo o estudio suelen estar fuera de su alcance. «Pero las barreras a la migración legal no impiden que la gente se mueva, simplemente la empujan a hacerlo clandestinamente», destaca el informe.
En el marco de la próxima reunión del G7 en Italia, UNICEF insta a los gobiernos a adoptar una agenda de seis puntos para la acción que proteja a los niños y niñas migrantes y refugiados y garantice su bienestar:
- Proteger a los menores migrantes y refugiados, particularmente los no acompañados, de la explotación y la violencia
- Acabar con las detenciones de los niños/as que migran o buscan refugio creando alternativas prácticas
- Mantener unidas a las familias y dar los niños estatus legal
- Mantener la educación de los niños/as refugiados y migrantes y darles acceso a servicios sanitarios
- Presionar para que se actúe sobre las causas subyacentes que provocan estos movimientos de población
- Combatir la xenofobia, discriminación y marginación en los países de tránsito y destino.