Reclusos de diversas prisiones españolas están escribiendo cartas y mensajes de agradecimiento a sus funcionarios, al personal sanitario y a la ciudadanía. Algunos de estas personas privadas de su libertad ofrecen solidaridad en el confinamiento y hasta aplauden, intramuros, al personal sanitario que está librando, allá afuera, la batalla de la libertad y la vida
Las mayores sorpresas llegan siempre desde donde menos se espera. Tal vez no son la gran mayoría, pero lo cierto es que internos de varias cárceles escriben estos días cartas a los directores de sus centros y a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, tanto para agradecer el trabajo de los funcionarios de prisiones, como para lanzar mensajes de ánimo a sus familias, a sus compañeros y, también, al resto de los españoles. Y es que, tal como dice un recluso confinado en El Acebuche (en Almería) «los que cumplimos penas privativas de libertad sabemos muy bien lo que supone no salir a la calle y estar encerrado durante semanas, meses o años (…) Podemos considerarnos expertos en estados de alarma».
La directora de la cárcel de Madrid VI (en Aranjuez) ha recibido estos días una carta de «los ordenanzas en representación de la totalidad del módulo 4», en el que agradecen «la ayuda y profesionalidad (…) tanto de los jefes de servicio como de los funcionarios para paliar, en lo posible, la gravedad del momento que vivimos». Y acaban la misiva con un «Cuídense, no se contagien, los necesitamos. Nuestro aplauso va por ustedes».
Nerviosismo pero también solidaridad intramuros
Hay que insistir en que no se trata de un movimiento masivo dentro de las prisiones y que las cartas recibidas no ocultan los momentos de tensión, los incidentes -por fortuna y de momento ninguno grave-, y el nerviosismo que hay en los módulos de las cárceles españolas. Lo que se vive en este momento tampoco soluciona las difíciles condiciones de trabajo de los funcionarios, que atienden a una población carcelaria con una salud ya de por sí bastante deteriorada y conflictiva, y que ahora se resiente más con algunas de las medidas impuestas por la contingencia, tales como suspensión de permisos de salida, de visitas familiares, cancelación de clases y talleres, etcétera
Junto a ello, no obstante, también existe esta otra realidad tangible, en la que hay presos que aplauden a los profesionales de la sanidad a las ocho de la tarde, como se hace extramuros, y que trata de sacar conclusiones positivas ante esta situación tan difícil: «En esta época de desgracia por este virus os doy las gracias por protegernos de este virus, por las medidas que estáis tomando. Te doy mis gracias. Muchas gracias por todo», escribió otro interno de la prisión almeriense a un funcionario el pasado 20 de marzo.
Otro recluso de la prisión de Albacete, aprovecha también los canales de comunicación internos con la dirección del centro para solicitar «que haga llegar a todos los integrantes de los servicios sanitarios y a los funcionarios del centro penitenciario mi más sincera muestra de agradecimiento personal por encajar con seriedad, profesionalidad, respeto y carisma, este desenlace que ha provocado la incertidumbre, a causa del virus Covid-19, con y para todos los internos que habitamos el módulo, los cuáles, soy consciente que la mayoría, piensan igual que yo. Enhorabuena y gracias por estar ahí, son para nosotros de alta importancia y relevancia».
Las cartas son otra prueba de que las prisiones son un espejo fiel de lo que sucede fuera de ellas. Dentro de la cárcel, así como en el exterior, hay de todo: los comprometidos, los agradecidos, las mayorías silenciosas y, cómo no, también existe gente que intenta saltarse todas las normas. Hay presos que también aprovechan estas circunstancias para escribir sus reflexiones al respecto, tal como lo hizo un preso de Valdemoro, en Madrid, una ciudad que, fuera de la prisión, también vive su propio confinamiento extramuros, pues la capital española está metida de lleno en la cuarentena sanitaria.
El preso de esta cárcel madrileña escribió en una carta: «Con este conjunto de letras -escribe- he querido sacar algo positivo. Quiero mandarles una tonelada de esperanza y de fuerzas para sobrellevar la situación que estamos atravesando (…) Me preocupa mucho la gente mayor que en estos momentos lo está pasando mal -continúa el interno- por no poder ser visitados por sus familiares, pero de si algo estoy seguro, es que los profesionales que tienen a su lado son sus mejores aliados, pues son los que les cuidan las 24 horas». La misiva finaliza así, agradeciendo «a todos los profesionales que, especialmente en esta residencia, velan por nuestros mayores. Sean fuertes. Gracias por su labor (…) Ánimo, salud, paz y amor».
Desde prisión, muchos otros mensajes llegan para quienes están fuera, y que por el momento también están encerrados, mensajes varios y variados, pero todos con un toque de esperanza y solidaridad y a veces hasta con algo de humor para quienes están en las ciudades de toda España: «Sed positivos. El optimismo garantiza la esperanza. Esta situación es temporal, y llegará pronto el día en que todo volverá a la normalidad (…) Desde la atalaya de la experiencia en esta situación, podemos considerarnos expertos en estados de alarma».
Con información de un texto publicado por Pablo Muñoz en ABC.ES