Ahora que los humanos nos distanciamos por seguridad, los animales “domésticos” siguen siendo la mejor y menos riesgosa compañía. Ahí están ellos, para aligerar la soledad de algunos cuantos y hacer más armoniosa la convivencia obligada con quienes, tal vez, ya habíamos desgastado lazos pese a vivir bajo el mismo techo.
El miedo al contagio de Covid-19 es tal que, en algún momento se temió -o quizás todavía-, que los animales de compañía fueran un peligro para la salud humana. Sin embargo, desde enero del año en curso, cuando comenzó a divulgarse la preocupación por esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró que estos seres vivos no la transmiten.
Hasta ahora, la principal hipótesis del origen del brote es que todo comenzó en un mercado de animales vivos de Wuhan, en China, por lo que se creyó que el virus mutó y «saltó» de los animales a las personas; y a pesar de que esta hipótesis aún no comprobada todavía ronda en el aire, lo que sí es seguro es que de los animales domésticos, al menos perros y gatos, no hay nada que temer: ni que puedan infectarse de Covid-19, ni que puedan convertirse en transmisores.
Para comenzar a comprenderlo hace falta reiterar que no existe un solo coronavirus, sino toda una familia de este virus que son catalogados uno a uno por su comportamiento y que con facilidad causan enfermedades tanto en humanos como en animales. Por ejemplo, según la propia OMS, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV) ya se transmitió de civetas a humanos en China durante 2002, mientras que el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) pasó de camellos y dromedarios a humanos en Arabia Saudita en 2012.
El SARS-CoV-2 es un nuevo miembro de esta familia y el nombre de la enfermedad -2019-nCoV o Covid-19- viene de «corona», «virus», disease (enfermedad en inglés) y 2019 por ser el año en que se detectó. Esta es “la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en diciembre de 2019”, puntualiza la OMS. Y sí, todo parece indicar que seguirán descubriéndose más integrantes, al tiempo que nuestra capacidad de resiliencia como especie humana avanza.
Entonces ¿los animales de compañía son susceptibles a la familia de los coronavirus? La respuesta es sí, pero no a todos, y no específicamente a la pandemia actual, es decir, no son susceptibles de contraer o transmitir la enfermedad Covid-19. Perros, gatos, aves y demás mamíferos pueden contraer otros tipos distintos tales como el llamado «coronavirus canino» o CCV, y que produce una enfermedad intestinal en perros por exposición a heces de otro infectado de su propia especie.
Un respiro para el reino animal
Con los reflectores puestos en los animales por la propagación del virus vino algo bueno para ellos, pues desde enero se suspendió la venta de fauna silvestre en toda China, al menos hasta que se declare el fin de la pandemia. Esto incluye el comercio, que ya de por sí era ilegal, en diversos mercados, tiendas y criaderos.
Esta disposición benefició, en primer lugar, a la preservación de las serpientes y los murciélagos, especies vendidas como manjares e ingredientes activos para la medicina tradicional en la cultura asiática, lo que la OMS y las mismas autoridades del país han clasificado como un «foco importante de cultivo para enfermedades e incubadora de virus».
¿Cómo convivir con las mascotas en esta contingencia?
En general, la principal recomendación de higiene al convivir con cualquier tipo de animal es no tocarse ojos, nariz y boca luego de tener contacto directo con ellos, y lavarse las manos con agua y jabón para prevenir diversas enfermedades.
Específicamente en esta contingencia basta con seguir esa indicación que, tal vez para muchos, ya sea un buen hábito y además, se recomienda sumar la limpieza de las patas de nuestros perros o gatos con los mismos elementos en abundancia: agua y jabón, luego de que pisan la calle u otras superficies externas a nuestro domicilio. Esta limpieza debe hacerse con tacto y sin incluir otros químicos que puedan lastimarlos.