El aire limpio triunfó cuando el virus derrotó a la actividad humana. La Covid 19 forzó al mundo a sumirse en una dramática cuarentena que, paradójicamente, ha salvado más vidas de las que ha cobrado el virus, pero sin un plan posterior, los beneficios colaterales de la cuarentena podrían disolverse.
Los gases de efecto invernadero han disminuido de manera sorprendente, principalmente en España, Italia y China, tres países que tienen en común el haber implementado drásticas medidas de cuarentena para frenar la propagación del virus Covid 19.
La atmósfera se ha limpiado de dióxido de carbono y dióxido de nitrógeno, dos de los principales causantes del calentamiento global producidos por los motores de automóviles y camiones, los incendios forestales, las chimeneas de fábricas y las plantas eléctricas.
Férreas restricciones sufrió la actividad humana en estos países por el elevado número de contagios; en Italia, con más de 132.500 infectados, el gobierno dictó multas de 206 euros para quienes salieran de su casa de manera injustificada con posibilidad de hasta tres meses de cárcel. En China –con más de 81.700 infectados- el gobierno ordenó cerrar los aeropuertos, dejando fuera a siete millones de sus habitantes.
Las consecuencias del parón humano en la atmósfera no se hicieron esperar. En Italia se observa una tendencia a la reducción gradual de las concentraciones de dióxido de nitrógeno de aproximadamente 10% por semana de acuerdo con una medición realizada entre enero y marzo de 2020 por el satélite Copernicus de la Agencia Espacial Europea, el más preciso hasta hoy para medir la contaminación del aire desde el espacio.
La disminución del gas de efecto invernadero es particularmente visible en el norte de Italia, en 11 ciudades de las provincias de Lombardía y Véneto, puestas en cuarentena al principio de la crisis. En febrero pasado el país se convirtió en el primer foco de infección fuera de Asia.
En la provincia China de Hubei, donde inició la pandemia, el promedio de días sin contaminación atmosférica aumentó a 21,5% anual en febrero según el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de ese país.
Pero la disminución de la contaminación fue generalizada en China, la dramática reducción de dióxido de nitrógeno también se observó en sus principales ciudades según imágenes recabadas entre diciembre de 2019 y marzo de 2020 por la Agencia Espacial Europea. Una situación inédita, pues la tasa de reducción de los gases de efecto invernadero ha sido más significativa que en años anteriores y ha durado más.
En Hong Kong los principales gases contaminantes disminuyeron casi un tercio entre enero y febrero de 2020, según datos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong. El dióxido de nitrógeno, por ejemplo, se redujo hasta 22%.
Mientras que en España los valores medios de dióxido de nitrógeno apenas alcanzaron el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante la primera quincena de marzo de 2020. Niveles excepcionalmente positivos según Greenpeace.
El índice de calidad del aire en cinco de los principales distritos madrileños registró medidas catalogadas como “muy buenas” por el Sistema de Vigilancia de Calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid durante los primeros días de confinamiento.
En Barcelona la concentración de dióxido de nitrógeno se redujo a la mitad tras solo tres días de confinamiento, para el 21 de marzo la concentración de este gas descendió entre 70% y 80% con respecto al periodo previo a que iniciara el confinamiento.
A su vez los niveles de dióxido de carbono se redujeron hasta 75% respecto de su nivel habitual para el 23 de marzo, ambos con datos del departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya.
La inactividad humana ha salvado más vidas que las que el virus ha arrebatado
La contaminación ha matado a muchas más personas que el Covid 19, es por eso que, paradójicamente, la cuarentena ha salvado más vidas de las que ha arrebatado el virus.
El exceso de contaminación en China mata a 1,1 millones de personas en promedio | Reuters / Jason Lee
En China más de 3.300 personas han fallecido a causa de la pandemia, es decir tan solo el 0.3% respecto de los 1,1 millones de chinos que mueren cada año en promedio por el llamado “airepocalípsis”, una masiva nube de smog con una alta concentración de peligrosas partículas de un diámetro inferior a 2,5 micras con capacidad de infiltrarse incluso en la sangre denominadas PM2.5.
China es uno de los países que más contamina a nivel global, aporta 30% de las emisiones de dióxido de carbono anualmente, también es el mayor productor y consumidor mundial de carbón.
A nivel global 4,5 millones de personas mueren por causas relacionadas con la contaminación procedente de combustibles fósiles cada año de acuerdo con Greenpeace, hasta la primera semana de abril 69.500 personas fallecieron por causa de la Covid 19 en todo el mundo, el 1.5% de quienes mueren por causas de contaminación.
Contaminación podría sufrir rebote
Pero la descontaminación de la atmósfera podría sufrir un duro rebote al normalizarse la actividad humana luego de la contingencia, pues se espera que un gran número de países aumente su demanda de energías fósiles para reactivar la economía -hoy severamente afectada- incluso a niveles mayores que los registrados antes de las cuarentenas.
Ofertas en cruceros, hoteles y vuelos al terminar la cuarentena podrían provocar un efecto rebote de la descontaminación actual | Image: El Clarín
“Los diferentes gobiernos han aprobado paquetes de apoyo para mitigar el impacto en el sector productivo y, en particular, para evitar la quiebra de líneas aéreas, cruceros y trenes […] Este estímulo que tiene una gran huella ambiental, junto con un menor costo de los combustibles, implicará que la demanda por servicios de transporte aumente cuando se levanten las restricciones y con ello se observará un repunte de las emisiones de gases de efecto invernadero”, aseguró Beltrán Rodríguez, miembro del Consejo de la organización internacional Sustainable Energy for All para la revista especializada Energía a Debate.
Sin embargo, el breve período de aire más limpio también podría ser una oportunidad para que los líderes mundiales replanteen la forma de hacer negocios globales e impulsen cambios a largo plazo.