Corresponsal de Paz

Narrativas para un mundo mejor

Los animales de compañía están salvando a los seres humanos confinados en cuarentena

La ciudad de Nueva York, epicentro del contagio de Covid-19 en Estados Unidos está dando ejemplo con adopciones masivas, y aunque muchos temen a la crisis económica que se avecina, es probable que humanos y animales, salgamos transformados de esta experiencia de angustia colectiva.

 

En la medida en que la Pandemia avanza por el planeta y los casos de contagiados de Covid-19 se multiplican en seres humanos de más de 200 naciones, algunas escenas de pronta recuperación de ecosistemas naturales han emocionado al mundo.

Asimismo, y mientras los ciudadanos se encuentran confinados en cuarentena y la actividad turística se ha reducido prácticamente a cero, muchos lugares del mundo también se convirtieron en noticia luego de que animales de varias especies aprovecharon este inusitado silencio para, literalmente, tomar las calles y las avenidas hoy vacías de seres humanos.

Sin embargo, lo que parece estar siendo un respiro para la naturaleza y sus habitantes gracias a la reducción de la actividad y la presencia humana, los perros y los gatos, además de otras especies consideradas domésticas y de compañía, están viviendo un momento contradictorio debido a los miedos y la ansiedad de quienes hoy están encerrados en las cuatro paredes de sus casas por reglamentación sanitaria.

En algunos países, el temor (infundado) a que sus mascotas puedan ser portadoras de coronavirus ha hecho que miles de personas tomen decisiones extremas como abandonarlos a su suerte en las calles ahora deshabitadas, o incluso a decidir practicarles eutanasias adelantadas. En contraste, otras naciones están registrando un efecto contrario, pues están aumentando significativamente las adopciones y los refugios locales, normalmente abarrotados, hoy están quedándose también vacíos por un inusitado deseo de la gente por tener un animal de compañía.

Los extremos: abandonos o adopciones masivas

En diversas ciudades de países latinoamericanos las autoridades han notado un aumento en la población de perros y gatos que ahora deambulan por las calles buscando comida y refugio. En algunas de las principales ciudades de Colombia como Bogotá, la capital o incluso Medellín, que otrora fuera un ejemplo de activismo animalista, la policía ha comenzado a tomar acciones, además de hacer circular recomendaciones tanto para los dueños como para la ciudadanía en general:

“La mayoría de animales que hoy andan sin rumbo vivían en talleres o en comercios, donde los dueños los alimentaban y cuidaban, o también eran compañeros de los vendedores ambulantes, pero ahora, con todos los negocios cerrados y prácticamente nadie en las calles, los animalitos están pagando (…) En Antioquía la policía ha comenzado un plan para alimentarlos, pero también están pidiendo que la gente deje algo afuera de sus casas o en el parque para que tengan comida y especialmente agua”, comentó un activista para la emisora Caracol. Esta ayuda de policías colombianos a animales en situación de calle, también fue reportada puntualmente por El Tiempo de Colombia, en su cuenta de twitter. 

En Europa las cosas no son muy distintas, y se viven ambos extremos para los animales domésticos.  En Francia por ejemplo, varias personalidades francesas, entre ellas la actriz Brigitte Bardot, una reconocida activista por los derechos de los animales, han enviado una carta pública al gobierno francés para pedirle que adopte medidas urgentes de apoyo a favor de las asociaciones de protección animal, puesto que muchos de estos lugares están viviendo situaciones precarias debido a la falta de recursos, a la escasez de trabajadores y voluntarios y al aumento de animales rescatados por la emergencia sanitaria.

“En la situación que vivimos actualmente, los refugios y las asociaciones no pueden proponer la adopción de animales, y esto puede conducir a una eutanasia masiva (…) por otro lado, nos enfrentamos a la negativa de muchos veterinarios que, al tener su negocio cerrado, se niegan a hacer esterilizaciones a animales en situación de calle. Y por si todo esto fuera poco, refugios y asociaciones están llenándose de animales que, o bien han sido abandonados, o que pertenecían a las personas que han fallecido por el coronavirus”, declaró en entrevista para Radio Francia Internacional Gorete Neves, del Colectivo para la Esterilización Obligatoria de Gatos.

En España, la Real Sociedad Canina también ha encendido los focos rojos y ha solicitado a la Dirección de Derechos de los Animales que extreme precauciones y sea implacable con quienes abandonen o maltraten a sus mascotas en medio del confinamiento humano al que han obligado las autoridades. Y es que hay antecedentes cercanos para esta alarma, puesto que durante la cuarentena de China, algunas personas, presas del pánico y la angustia, llegaron incluso a lanzar a sus mascotas por balcones y ventanas, mientras que en Italia, hasta hoy el país más golpeado por el avance de Covid-19, se registraron hasta dos mil abandonos de animales domésticos.

Un pretexto, pero también una excelente oportunidad para salir del confinamiento

También en España, puesto que una de las pocas permisividades que se tiene para salir de casa es para “sacar a pasear al perro”, también se han observado dos fenómenos encontrados: gente que lucra y “alquila” animales para usarlos como pretexto, o bien, personas que en este momento difícil se han dado la oportunidad de adoptar animales domésticos, principalmente perros y gatos para que sean sus “compañeros de encierro”.

Del otro lado del océano, en el epicentro estadounidense del contagio en el que se ha convertido la ciudad de Nueva York, las adopciones se han disparado y los refugios oficiales y de asociaciones, normalmente abarrotados de animales en espera de nuevo hogar, han quedado de pronto en la situación ideal: con sus jaulas vacías.

«Por el momento definitivamente no nos quedan más animales para dar en adopción, lo cual es el mejor problema que un refugio puede tener», dijo a Bloomberg Anna Lai, directora de marketing de Muddy Paws.

Con la ansiedad a flor de piel y en espacios reducidos para el confinamiento, al parecer los neoyorkinos han visto en las mascotas una forma constructiva de calmar los nervios y la soledad que hoy está provocando esta crisis global.

Por fortuna, Nueva York no es la única metrópoli de los Estados Unidos que está teniendo (al menos por el momento) este “despertar por el amor animal”.  La Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales, confirmó que en su sede de Los Ángeles las adopciones se dispararon hasta en un 70%, mientras que otras entidades que dan refugio y cuidado a animales en situación de calle, han reportado un afortunado fenómeno similar.

Y a pesar de que en diversas partes del mundo, uno de los grandes cuestionamientos se refiere a lo que traerá consigo la crisis económica ulterior, lo cierto es que nadie puede saber qué sucederá con las mascotas y con sus adoptantes, pero de momento, tanto los animales de compañía como los humanos que les han dado acogida en sus vidas están teniendo, durante el confinamiento, momentos menos duros para ambas partes.

«Por ahora estamos vaciando nuestras instalaciones y entregando a los animales a su nuevo hogar, aunque no sabemos qué va a pasar cuando la ola económica comience a golpear (…) algunas organizaciones de rescate temen que pronto veremos el efecto boomerang, es decir: un aumento de mascotas devueltas a los refugios a medida que la gente pierda su empleo o su fuente de ingreso», señaló Lisa LaFontaine, directora ejecutiva de Humane Rescue Alliance, que cuenta con centros de adopción en Columbia y Nueva Jersey.

Y es verdad que a largo plazo nadie sabe con certeza qué sucederá… de momento, para todas las mascotas que fueron adoptadas en estos momentos difíciles, por ahora han salido de sus cárceles, están acompañados, tienen techo y comida, y han dejado de pasar sus días encerrados en jaula sin que nadie quisiera darles una oportunidad… de momento y por ahora, humanos y animales están recibiendo y dando atención, cuidados y amor…

Y ¡quién sabe! También es probable que, crisis económica o no,  quizá esta experiencia por la que todos estamos atravesando logre por fin transformarnos, y hacernos más conscientes de que humanos  y animales nos necesitamos y nos complementamos.

Y mientras algunas especies de animales salvajes están tomando las calles vacías de humanos, las pequeñas especies de animales domésticos, especialmente perros y gatos,  parece que se están haciendo cargo de un lugar mucho más inaccesible hasta ahora: los vaivenes y la angustia de los corazones humanos.

 

 

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