En un hecho histórico, la Suprema Corte dictaminó que las mujeres pueden entrar al santuario de Sabarimala
La resistencia a incluir a las mujeres en el santuario, consideradas impuras durante la menstruación, proviene principalmente del partido gobernante en la India
El muro de mujeres, de más de 600 kilómetros, despertó actos de solidaridad entre hombres y mujeres fuera de Kerala
CdP.- Más de tres millones de mujeres salieron a las calles de la India para reclamar su legítimo derecho al trato igualitario, a exigir su lugar dentro de Sabarimala, uno de los santuarios y centros de peregrinación más sagrados del hinduismo donde por siglos se les negó el acceso.
El reclamo fue de carácter pacífico y su eco se ha expandido por medios de comunicación de todo el mundo. El primer día de 2019 las mujeres atravesaron Kerala, el estado hindú donde se ubica el santuario, de norte a sur formando una impresionante cadena humana que se extendió por 620 kilómetros; algunos medios de comunicación reportan que la cadena fue integrada por más de cinco millones de mujeres.
La prohibición tiene su origen en la creencia de que Ayyappa, dios venerado en Sabarimala, niega la entrada a las mujeres en edad de menstruar -entre 10 y 50 años- por su condición de célibe. La menstruación es considerada un signo de impureza en la religión Hindú, las mujeres que están en su periodo no pueden entrar a los templos.
En 1991 el tribunal superior de Kerala legalizó la interpretación religiosa y por ende la negación a las mujeres a participar en los actos de fe llevados a cabo en Sabarimala.
Casi tres décadas después, la sentencia de los jueces de Kerala sufrió un revés. En septiembre de 2018, la Suprema Corte de la India dictaminó que en Sabarimala debía permitirse la entrada a todos los peregrinos con independencia de su género, pues cualquier exclusión impuesta a las mujeres viola su derecho a la igualdad y a la libertad de religión, ambos amparados por la Constitución.
El veredicto del mayor órgano de justicia de la India encontró una fuerte oposición entre los partidarios del Partido Popular Indio, agrupación política a la que pertenece el Presidente del país, Ram Nath Kovind, que lo considera un ataque a los valores nacionales. También se topó con la resistencia de hindúes tradicionalistas, quienes han organizado protestas multitudinarias.
Hasta hoy el veredicto no se ha respetado, entre septiembre y diciembre de 2018, algunas mujeres intentaron llegar al templo, sin embargo, grupos conservadores lo impidieron, las agredieron lanzándoles piedras y enfrentándose con la policía que las resguardaba.
No fue hasta el 2 de enero de 2019 cuando dos mujeres lograron entrar al templo resguardadas por la policía. Tras el suceso histórico, los líderes del templo decidieron cerrar las instalaciones y realizar un rito de purificación.
En respuesta a la resistencia, el gobierno de Kerala, perteneciente al Partido Comunista de la India –opuesto al partido del Presidente- reunió a 176 organizaciones civiles y políticas para organizar la cadena humana, lo que se considera la reunión política más grande en la historia del estado.
KK Shailaja, ministra de salud de Kerala, encabezó la cadena en el distrito norte de Kasargod; mientras que la líder del Partido Comunista de la India, Brinda Karat, fue la última persona de la cadena en Thiruvananthapuram, capital del estado.
«Salvar a Kerala de volver a la oscuridad»
La iniciativa tuvo una gran respuesta, líderes políticos y culturales, artistas, escritores, deportistas destacados, líderes espirituales, entre otras personalidades se sumaron a la cadena; incluso participaron actrices de cine hindúes como Rima Kallingal, Nina Kurup, Mala Parvathy y Sajitha Madathil.
Miles de mujeres se unieron a la cadena «para salvar a Kerala de ser arrastrada de vuelta a la era de la oscuridad», aseguró el Primer Ministro del estado, Pinarayi Vijayan.
El reclamo de igualdad de las mujeres despertó la solidaridad. En Kerala un grupo de hombres formó una cadena paralela y en la ciudad de Bombay, en la costa oeste de India, la cadena humana fue replicada por 1.500 mujeres.
Sin embargo, también fue agredida por quienes rechazan la inclusión de la mujer en Sabarimala. En el distrito de Kasargod, Kerala, miembros del Partido Popular Indio atacaron a las mujeres con piedras y prendieron fuego a hierba seca que se encontraba cerca de la carretera nacional donde las mujeres formaban la cadena.
La resistencia continúa hasta el momento, pero el veredicto de la Suprema Corte es el primer paso de una larga carrera para alcanzar un deseo anhelado en la India y el mundo entero, el trato igualitario para las mujeres.