Más de 500 estudiantes palestinos y judíos israelíes unieron sus energías para exigir a sus líderes políticos acciones concretas para detener el calentamiento global, mediante una huelga que tuvo lugar el pasado 21 de mayo de 2019.
Los jóvenes marcharon y gritaron consignas frente al Knesset, el parlamento israelí instalado en Jerusalén con el poder de nombrar y destituir al primer ministro y su gabinete.
La conciencia y la preocupación de estos cientos jóvenes por los estragos que está causando el calentamiento global fue capaz de romper barreras ideológicas que persisten entre palestinos e israelíes, así como el histórico conflicto que permanece sin solución hasta la fecha.
Se trata de estudiantes palestinos e israelíes que se unieron para conformar la rama israelí de Huelgas Escolares por el Clima (#StrikeSchool4Climate), un movimiento global que arrancó en 2018.
“En Israel la sociedad prioriza los conflictos políticos sobre la acción contra el cambio climático […] Nuestro sistema escolar no nos enseña prácticamente nada acerca de la amenaza que representa el clima. Una abrumadora mayoría de los adolescentes ni siquiera sabe que a sus treinta va a enfrentar un punto de no retorno”, aseguró el director de alcance global del movimiento en Israel, Michael Bäcklund, de tan solo 16 años, en Climate Home News, un portal que abrió su página web a las reflexiones de estos jóvenes.
NEW Comment | ‘This is bigger’: Palestinian and Israeli teens strike together for the climate
By 16 year-old climate activist Michael Bäcklund @strike4future_israel: https://t.co/spFwLF256Q
— Climate Home News (@ClimateHome) 24 de mayo de 2019
El movimiento global de Huelgas por el Clima (#ClimateStrike) fue inspirado por Greta Thunberg, una sueca de 16 años que, en agosto de 2018, decidió no asistir a la escuela todos los días durante tres semanas para protestar frente al parlamento por la falta de acción ante la crisis climática.
Greta difundió sus acciones a través de Instagram y Twitter y pronto consiguió viralizar sus publicaciones. El 8 de septiembre decidió acotar sus protestas a los viernes y logró que cientos de estudiantes y adultos replicaran la medida y se ausentaran de las aulas ese día para protestar frente a los parlamentos de sus respectivos países.
Era el inicio del movimiento Los Viernes por el Futuro (#FridaysforFuture). La respuesta vino primero de Estocolmo –la capital de Suecia y su lugar de residencia- después de otras ciudades suecas y posteriormente atravesó las fronteras de su país para replicarse en diversas partes del mundo.
Los estudiantes en huelga piden que se declare un estado global de emergencia climática, y que cada país emprenda acciones para que la temperatura media mundial no crezca más de 2° centígrados cada año, en línea con los Acuerdos de París.
Las personas perciben en mayor grado los estragos del calentamiento global a través de las temperaturas más elevadas, tormentas más intensas, olas de calor cada vez más fuertes, derretimiento de los glaciares, cambios en los ecosistemas, aumentos en el nivel del mar y desaparición de especies como algunas de sus peores consecuencias.
Pero los jóvenes estudiantes tienen la convicción de que limitar el calentamiento global es posible:
“Somos la primera generación realmente afectada por los impactos del cambio climático y la última que puede prevenir un colapso irreversible. La ciencia es clara: limitar el calentamiento global a 1.5° C es alcanzable, es una cuestión de justicia, de voluntad política y, de manera crucial, de poder popular,” escribieron en Climate Home News Konstantin Nimmerfroh del movimiento en Frankfurt y Erik Konijn de Luxemburgo.
A menos de un año de arranque los jóvenes y sus huelgas de los viernes han impresionado y abierto importantes espacios para ser escuchados.
“En marzo, solo unos pocos meses después de haberse formado, realizaron una huelga global que superó todos los rallies climáticos organizados. Lograron esto sin un aparato organizativo preexistente, financiamiento real o control de las plataformas de medios tradicionales. Vale la pena escucharlos”, escribió Karl Mathiesen, editor de Climate Home News, para explicar por qué el medio da voz a los integrantes del movimiento.
Greta Thunberg hizo mella durante la Cumbre sobre el Cambio Climático de la ONU (COP24) celebrada en diciembre de 2018 en Katowice, Polonia.
En su discurso reprochó a más de 200 gobernantes su incoherencia: “No son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son […] Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, sin embargo, les están robando su futuro antes sus propios ojos”.
La activista adolescente ha sido nominada al Premio Nobel de la Paz 2019. Según sus postulantes, el movimiento masivo que ha inspirado es una gran contribución para la paz.
En Reino Unido, los integrantes del movimiento lograron que el canciller Phillip Hammond utilizara una ampliación presupuestaria para implementar una serie de medidas ecológicas, entre ellas, prohibir la instalación de calefacción con gas en casas de nuevas a partir de 2025 y realizar consultas entre aerolíneas para permitir que los pasajeros compensen sus emisiones.
Las peticiones de los estudiantes en huelga por el clima se han refinado en algunas partes del planeta. En la Unión Europea, por ejemplo, exigen que los bancos públicos dejen de financiar a proyectos relacionados con combustibles fósiles.
“Las compañías de carbón, petróleo y gas son las principales impulsoras de las emisiones de gases de efecto invernadero. Su plan de negocios destructivo para seguir desarrollando más y más combustibles fósiles es incompatible con un planeta habitable y con el Acuerdo de París. La destrucción de nuestro clima no debe ser habilitada con nuestro dinero público”, dijeron Konstantin Nimmerfroh y Erik Konijn.
En la huelga global del 24 de mayo participaron 131 países, 1.851 ciudades y más de un millón de estudiantes. El movimiento confía en que la participación seguirá multiplicándose como lo ha hecho hasta ahora, pues en la huelga global de febrero se contabilizaron tan solo 200 ciudades y en la de abril alrededor de 500.
“El movimiento se está fortaleciendo a medida que nos enfrentamos a las instituciones que impulsan la degradación del clima. Dejaremos a los políticos sin otra opción que actuar”, aseguran sus representantes en Frankfurt y Luxemburgo.
Los Viernes por el Futuro contabilizan ya la semana 4. La siguiente meta de los jóvenes es realizar una semana de acción global climática del 20 al 27 de septiembre de 2019, ¡Por qué no hay planeta B!