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La cumbre de los Nobel de Paz concluye en Mérida con un llamamiento a cuidar el planeta

Más de 30 laureados con el Premio Nobel de la Paz se dieron cita por primera vez en México en una reunión centrada en el desarme nuclear, la convivencia y la protección del medio ambiente

La XVII Cumbre de los Premios Nobel de la Paz se celebró por primera vez en México | Imagen: Peace Nobel Summit

CdP.- ¿Es posible promover la paz en mundo cuya fragilidad va en aumento al tiempo que los recursos son cada vez más limitados? ¿Es inevitable la guerra? ¿Cómo abordar la emergencia climática? ¿Son las mujeres mejores constructoras de paz? ¿Cómo implicar a los jóvenes?

Estas son algunas de las preguntas a las que se trató de encontrar respuesta durante la XVII Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz celebrada por primera vez en México, concretamente en la ciudad de Mérida, del 19 al 21 de septiembre. En ella se dieron cita más de 1.200 jóvenes y junto a 30 Premios Nobel de la Paz – personas y organizaciones -, entre ellos  Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia; F.W. De Klerk, ex presidente de Sudáfrica; Lord David Trimble, Irlanda del Norte; o Lech Walesa, ex presidente de Polonia.

Entre las mujeres laureadas asistieron la guatemalteca Rigoberta Menchú ​​Tum, premiada por su trabajo de promoción de los derechos de los pueblos indígenas; Jody Williams, quien recibió el Nobel por su trabajo para erradicar las minas terrestres; Shirin Ebadi, por la lucha por los derechos de las mujeres y los niños; Tawakkol Karman de Yemen; y Leymah Gbowee de Liberia.

A lo largo de tres días también se abordaron cuestiones como la responsabilidad de los medios de comunicación y la práctica periodística en la construcción de paz; el arte y el deporte; el cambio climático o la persistencia del hambre en el mundo. Los jóvenes y personalidades reunidas es Mérida hicieron un llamamiento a «crear redes y canales efectivos para ayudar a las comunidades que sufren el impacto del cambio climático y los desastres naturales, y hacer todo lo posible para evitar desplazamientos masivos».

Jody Williams criticó la obscena desigualdad de rentas en el mundo y pidió una reestructuración total de los sistemas socioeconómicos globales. «¿Cómo avanzamos hacia el bien común?», preguntó, señalando que solo en Estados Unidos, el 57 por ciento del presupuesto disponible se destina al ejército y las armas, mientras que solo el 6 por ciento se emplea en salud y educación.

La activista indígena Rigoberta Menchú se pronunció a favor del respeto entre los pueblos y las «diversas expresiones de nuestra sociedad». «Creemos en la lucha contra los crímenes de lesa humanidad a los que les decimos no, estamos aquí contra las armas nucleares, contra la intolerancia, la falta de respeto, el racismo, la discriminación, en favor del valor del ser humano como un ser prodigioso», destacó.

Por su parte, el Premio Nobel Lord David Trimble, de Irlanda del Norte, expresó su preocupación por las regiones del mundo donde existen conflictos armados, como el Medio Oriente, o las amenazas de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, todo lo cual, sostuvo, tiene un efecto dominó, con el potencial de impactar enormemente los negocios y otras actividades.

Según Trimble, las cosas están empeorando en el frente de la democracia. «No está yendo tan bien como nos gustaría», dijo, refiriéndose a las últimas elecciones en Rusia, donde el estado coaccionó y fabricó resultados, presentándolos como democráticos, pero realmente lejos de serlo.

El Premio Nobel Kailash Satyarti destacó el peligro de la tecnología bajo el control de unas pocas mega corporaciones y  pidió su democratización insistiendo en que si el mundo ha globalizado todo, también necesitaba «globalizar la compasión que existe en todos nosotros».

Ricky Martin recibió un reconocimiento por su labor en forma de paloma de la paz | Imagen: Nobel Peace Summit

Bernice King, CEO del King Center, y la hija menor del líder de los derechos civiles Martin Luther King, desafió a todos los asistentes. “A todos ustedes desean con pasión ver un cambio positivo en nuestro mundo. Todos queremos la paz, pero tiene que ser intencional a diario «, dijo.  

Para King, el inicio de la era Trump hizo patente que el supremacismo blanco y el racismo siempre habían estado latentes. «Cuando el presidente Trump fue elegido, pareciera como si todo el odio y la supremacía blanca sencillamente se dieron, cuando siempre habían estado allí, porque nunca lo habíamos enfrentado plenamente», señaló.

King lanzó un mensaje de esperanza, al igual que haría su padre: «La única forma de que nuestro mundo cambie es que tengamos en nuestros corazones el amor, la compasión, la fuerza, el cuidado y la amabilidad»,  y agregó que Martin Luther King dijo que los hijos de la oscuridad estaban mucho más decididos que los hijos de la luz.

 

Por el desarme nuclear

En un panel sobre desarme nuclear, Jonathan Granoff, Presidente del Instituto de Seguridad Global y Representante de la ONU de la Secretaría Permanente de las Cumbres Mundiales de los Premios Nobel de la Paz, planteó la pregunta: «¿Es legal aniquilar el futuro?» Porque con el poder de las armas nucleares de hoy el final sería rápido».

Según el Dr. Ira Helfand, copresidente del comité de abolición de armas nucleares del Médico para la Responsabilidad Social, la humanidad se ha acercado mucho a otra guerra nuclear, pero ha sido increíblemente afortunada. “Tarde o temprano nuestra suerte se acabará. Ya no se trata de cuándo habrá una guerra nuclear o si habrá una ”, dijo, y agregó que los jóvenes de hoy no entienden la magnitud de la amenaza, el hecho de que las armas nucleares existentes hoy pueden aniquilar el planeta en muy poco tiempo.

Como reconocimiento a los logros de los jóvenes, Mohamad Al Jounde recibió el Premio Turner de Cambio Social, y la estudiante local Saskia Niño de Rivera recibió el Premio Deja Tu Marca por la Paz. Además, la Cumbre premió al cantante puertorriqueño Ricky Martin, quien pidió el respeto a la comunidad LGBT: «Hay un lugar para todos, pero para lograr la paz, primero debemos luchar por nuestro derecho a vivir en libertad», dijo en pleno concierto y pidió a los y la activistas que «no se den por vencidos, que sigan fuertes».

Durante las ceremonias de clausura, los delegados declararon que los derechos humanos no son negociables. La cumbre concluyó con la adopción de la Declaración de Mérida. En ella se establece que: “Mientras se violen las libertades básicas y se produzcan graves corrupción, violencia, pobreza extrema, desigualdad, racismo, esclavitud y trata de personas en la actualidad, discriminación y fobias de discriminación, puede haber No hay verdadera paz. Proclamamos que la verdadera paz es inseparable del logro de la verdadera justicia «.

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